lunes, 26 de febrero de 2018

* MISI - Evangelio del domingo II Cuaresma Mc 9, 2-10 "Subió con ellos a una montaña alta y se transfiguró ante ellos"

Mc 9,2-10: Éste es mi Hijo amado.

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

-«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:

-«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.»

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

-«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

* VIA CRUCIS Juvenil 2018 en Purullena - Diócesis de Guadix

Viernes 16 de marzo a las 8 de la tarde. PURULLENA.
INSCRIPCIÓN: nombre y apellidos, edad, dni, correo electrónico y parroquia -
ENVIAR A: pjguadix@gmail.com

sábado, 17 de febrero de 2018

* MISI - Evangelio del domingo I Cuaresma Mc 1, 12-15 "Está llegando el Reino de Dios"

Mc 1,12-15: Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían.

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

sábado, 10 de febrero de 2018

* MISI - Evangelio del domingo Mc 1, 40-45 "Quiero, queda limpio"

Mc 1,40-45: La lepra se le quitó y quedó limpio.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:

-«Si quieres, puedes limpiarme.»

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:

-«Quiero: queda limpio.»

La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:

-«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu, purificación lo que mandó Moisés.»

Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a el de todas partes.